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miércoles, 21 de septiembre de 2011

Reflexiones sacadas tras hablar con personas

Resulta gracioso, acabas la educación obligatoria y te encuentras con dos opciones: trabajar o seguir estudiando.
Eliges un bachillerato que se asemeje a la medida de tus deseos o sueños personales. 
Lo finalizas y te encuentras con un muro. Con un choque y miles de preguntas que piensas que te van a acabar devorando.

Resulta que el sistema no parece dar más opciones. Resulta que el sistema no acepta que desees diferentes cosas a las impuestas. Y te embarcas tal vez, en estudios que sólo te aíslan y te muestran realidades, que en cuanto finalicen, te harán alucinar con el mundo real del trabajo o de la vida que quieren que tengamos.

Y  puede ser que sea una visión subjetiva totalmente, puede que sí, pero es una visión que hablando con las personas de mi edad o edades próximas, veo que tiene o coinciden con la que expongo.
Sentimientos de imposición, de rabia, de un no saber que hacer, un no querer nada, un querer todo...

Porque nos ponen límites, porque no puedes hacer dos cosas a la vez que consideras que puedes realizar perfectamente, porque nos quieren hacer ver que sólo queda estudiar y trabajar. Porque limitan a la naturaleza del hombre, naturaleza que incita a ser acción pura, a simplemente esas acciones "básicas".
El hombre y la mujer necesitan crear, necesitan disfrutar, tener tiempo para reflexionar, tener tiempo para contrastar ideas con los demás, necesitan relacionarse con el medio, con el mundo...Y ellos nos quieren hacernos creer que no, que sólo es VIDA: trabajar, estudiar, comer, dormir, y consumir.

Veo a mi generación sumida en el consumismo, en las drogas para evitar el aburrimiento, drogas que calman por momentos las ganas de vivir, que calman las ganas de protestar, que calman las ganas de cambiar lo que no nos gusta.
Consumismo que nos obliga a ser esclavos de las apariencias, a ser esclavos de lo que marca el mercado de la ropa, a ser esclavos de ideas de "belleza" impuesta, que rompen con la creatividad, con las variedades de ideales, con las variedades de gustos...

Y podría seguir, pero la verdad, una parte de la vida me grita, que esto no quedará así, que tarde o temprano, puede haber una reacción. 
¡En el fondo, casi todos estamos deseando una reacción!
En el fondo todos queremos dar lo mejor al mundo, porque está dentro de nuestra naturaleza.

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