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domingo, 31 de marzo de 2013

Y la vida siguió, como siguen las cosas...



No sé quién está en el olvido...
Pero yo siempre despierto,
esta vez tras un desmayo,
tras sangre...

Y a la mañana siguiente me río,
aunque tenga magulladuras.
Aunque por momentos,
tenga ganas de llamarte.

Si esos besos antes del desmayo,
pudiera recordarlos,
sonreiría.

El miedo les aprisiona,
no les deja amar.
Y solo huyen de la felicidad.

Huyen de sus sueños,
se acomodan en lo estable.
Tengo suerte,
nunca termino odiándolos.

Y ahora,
a lamerme las heridas.

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